La literatura y el cine son inequívocamente dos de las disciplinas artísticas que en mayor grado han influenciado nuestro imaginario colectivo. Con sus similitudes y diferencias, ambas son formas narrativas cuya función principal es el contar y transmitir historias. Los temas, escenarios y personajes que desfilan por Los trabajos nocturnos no resultan ajenos para toda una serie de cineastas que han buscado poner el foco en la marginalidad, en aquellos menos favorecidos por una sociedad que los comprime y arrastra. En su obra encontramos pinceladas de aquellos personajes que, sin ser los habitantes del Buenos Aires de Jamilis, representan sus frustraciones y desesperanzas. Para poner en valor por tanto la relación entre la literatura y el cine, hemos seleccionado una serie de películas que nos permiten adentrarnos de forma indirecta en la obra de Amalia Jamilis.
No podemos hablar de Los trabajos nocturnos sin hacer referencia a la situación política en la que se enmarcan los relatos. La dictadura es el telón de fondo de un presente inestable en el que los personajes ven cómo sus sueños y esperanzas quedan en el olvido. Películas como Y tu mamá también (2001), La noche de 12 años (2018), El secreto de sus ojos (2009) o Amores perros (2000) presentan a todo un coro de personajes lastrados por la inestabilidad política y violencia derivadas de la dictadura. En ellas, vemos a jóvenes perdidos con vidas y situaciones entrelazadas en las que el pensamiento de un futuro más allá es solo una ilusión, un sueño sin posibilidades.
Mucho de estos sueños son representados en la obra de Amalia Jamilis por artistas sin talento o suerte que no saben cómo vivir sin su arte. La tragedia de está frustración vital queda patente en Inside Llewelyn Davies (2013), La grande bellezza (2013) o Dead Poets Society (1989), películas en las que el arte, ya sea la música o el teatro, alimenta todos y cada uno de los poros de la piel de sus personajes. Tal es su razón de ser, que cuando este les he arrebatado o negado, los eternos frustrados terminan por convertirse en sujetos sin voluntad ni vida propia.
La suerte de las mujeres avocadas a la prostitución, víctimas de su propia marginalidad, y la relación que estas desarrollan con la maternidad son el eje principal del relato que da nombre a Los trabajos nocturnos. En Yo, Christine F. (1981) y Mamma Roma (1962) podemos apreciar la realidad de estas mujeres, eternas errantes de los bajos fondos. La sexualidad femenina es un tema que recorre los relatos de Amalia Jamilis y que se ve representado en ellas, pero que también se aprecia en su variante más inocente en el paso a la adultez de las niñas, tal y como muestra la película Pauline à la plague (1983).
A través de sus temas, estructura, estilo o estética, la literatura y el cine llevan años uniéndose para dar como resultado obras mejor o peor consideradas. Ambas son disciplinas que se complementan y rellenan los huecos que la otra deja, ya sea intencionadamente o por las limitaciones que su arte impone. La vigencia e importancia de Los trabajos nocturnos queda patente en la búsqueda universal artística por dar voz a estos personajes, ya sea en la página o en la pantalla, y que sus historias y realidades no queden en el olvido.
Lista completa de películas:
Amores perros (2000), dirigida por Alejandro González Iñárritu.
Dead Poets Society (1989), dirigida por Peter Weir.
El secreto de sus ojos (2009), dirigida por Juan José Campanella
Inside Llewelyn Davies (2013), dirigida por Joel y Ethan Coen.
La grande bellezza (2013), dirigida por Paolo Sorrentino.
La noche de 12 años (2018), dirigida por Álvaro Brechner.
Mamma Roma (1962), dirigida por Pier Paolo Pasolini.
Pauline à la plague (1983), dirigida por Eric Rohmer.
Y tu mamá también (2001), dirigida por Alfonso Cuarón.
Yo, Christine F. (1981), dirigida por Uli Edel.
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