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Y antes de abrir la ventana ya sabe que los árboles han sido barridos sin dejar rastros y que del otro lado de la plaza solo se ve un horizonte de departamentos y una avenida solitaria bajo las luces de mercurio.

Bienvenidos al mundo de Amalia Jamilis. A las calles del Buenos Aires de los años 70. A la vida de personajes tragicómicos que, en su vagar y en su perderse, construyen su destino.

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Últimas entradas del blog

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La autora: Amalia Jamilis

Cuando Amalia Jamilis (La Plata, 1936-Buenos Aires, 1999) publica el libro que ahora editamos, Argentina padece una de las numerosas dictaduras que asolaron el país desde la década de 1930; en este caso, la de Juan Carlos Onganía. En ese momento empiezan a escribir los autores que suceden al boom de la literatura latinoamericana, los hijos de la escasez y de la crisis, como decía Daniel Moyano. Esos nuevos narradores vuelven los ojos hacia la propia obra literaria, a sus tensiones internas y a su lenguaje, para componer pequeñas historias humanas en las que se cuelan, implícitas, los peligros de la Historia, esa que les ocurría a ellos.

Amalia Jamilis es una escritora de prosa impactante, preocupada por dibujar personajes complejos que encarnan, en sus renuncias y nostalgias, la realidad de ese presente amenazador. Como pintora, esa misma sensibilidad transpira en sus lienzos, en los que invita al espectador a formar parte de su intimidad. Gran desconocida para el público español, su talento y madurez literaria resplandecen en los seis libros de cuentos que escribió a lo largo de su vida y que le valieron un lugar entre los grandes de la literatura argentina contemporánea.

Acerca de

La obra: Los trabajos nocturnos

La obra

Los personajes que protagonizan Los trabajos nocturnos hablan del dolor de las claudicaciones, del espanto de las renuncias definitivas, y desde el aturdimiento cuestionan su lugar en el mundo. Por toda respuesta, la autora les muestra un mundo atenazado por la dictadura y lastrado de viejos prejuicios, una Argentina convertida en pecera, en espejo deformante, en remolino de las inocencias perdidas.

 

En estos cuentos entrelazados duelen la detención del estudiante en «Desde el balcón», el final trágico de «Acuario», la vida del músico sin talento de «Último baile», la suerte de las mujeres, de los niños y hasta de los objetos y las calles contra los que se recortan las hermosas y terribles instantáneas de Amalia Jamilis.

Sumérgete en los relatos

«¿Quién y cuándo dice qué?»

prólogo de Ana Pérez Cañamares

«La lectura de Los trabajos nocturnos será algo de lo que no saldremos indemnes, como no se sale indemne de una pesadilla. O de la propia vida».

«Acuario»

«Entrarás de golpe, Sebastián, y fruncirás las cejas en un signo de malhumor. El aire de la habitación te parecerá irrespirable. Las ventanas, cerradas durante la noche, conservarán los olores entremezclados del sueño, de las algas y de los pescados».

«Último baile»

«No para que ellos bailen, los imbéciles, en aquel jardín adornado con faroles chinos».

«El otro lado de la plaza»

«Y antes de abrir la ventana ya sabe que los árboles han sido barridos sin dejar rastros y que del otro lado de la plaza solo se ve un horizonte de departamentos y una avenida solitaria bajo las luces de mercurio».

«Las plagas»

«El calor será intenso en la quinta y aun bajo la pérgola del jardín, y el sol, filtrándose entre los nogales, hará arder la piel bronceada de Bona, su propia piel, desnuda entre los nogales».

«Después del cine»

«El hombre muerto tomaba café vestido con un pantalón brillante y un saco de alamares. La mujer se levantó de la cama y con un dedo enguantado le señaló algo que había adentro de la taza. El hombre miró sonriendo; mientras sonreía la mujer abrió su cartera, sacó un revólver y lo mató».

«Casa en que vivimos»

«Las esculturas se duplicaban, deformadas, contra el cielorraso, a causa de la luz que entraba por las ventanas y martilleaba y se replegaba sobre las paredes y el piso. Predominaba una visión de catástrofe, de tormenta marina».

«Desde el balcón»

«No sobre los planos verdes y densos del parque, cubiertos de hierbas, flores y helechos, ni sobre los macizos de laureles, a un lado de Rivadavia. Más acá, más acá todavía, hacia la acera de los cafés, algo reclamará la atención de Mada».

«Los trabajos nocturnos»

«Un hombre sacó la cabeza por la ventanilla y me invitó. Mientras subía pensé que era un auto verdaderamente majestuoso y que, de cualquier manera, eso era mejor que volver a casa con la idea de ese tiempo perdido, con la sensación de no haber hecho nada de nada en toda la noche».

«Los parques cerrados»

«Empecé a caminar pensando en que pediría una cerveza, pensando en que mejor pediría alguna otra cosa, porque estaba refrescando y era otoño y además la cerveza últimamente no venía tan buena, tan fuerte como antes».

© Imágenes extraídas de Pexels

¿Quiénes somos?

Tras la pantalla se encuentra un grupo de diez jóvenes editoras que con esfuerzo, y gran pasión por la obra de Amalia Jamilis, han trabajado en la edición de Los trabajos nocturnos para Libros de la ballena, editorial del Máster de Edición: Taller de Libros de la Universidad Autónoma de Madrid.

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